Divulgación
¿Dónde está la afrodescendencia mendocina?
Un problema de visibilidad social.
Un censo de población realizado en Mendoza en el año 1777, por iniciativa de la corona española, indicó que el 24% de los habitantes estaba conformado por negros y negras. Más de tres décadas después, en 1812, otro censo, el primero de la época independiente, informó que éstos sumaban el 33%. De allí en adelante, esa proporción fue en descenso y poco tiempo después esta categoría desapareció de los censos de población.
Algunos estudios históricos, entre los que se destacan los de José Luis Masini, sobre la presencia de africanos esclavizados y de sus descendientes (afrodescendientes) en Mendoza han entregado evidencias de la relevancia de este grupo social en la región durante la época colonial y en las primeras décadas posteriores a la independencia. Pero esos trabajos científicos o eruditos también han sostenido la idea de la desaparición de los afrodescendientes.
Sin embargo, historiadores contemporáneos, que se han interesado por la historia de los afrodescendientes como parte de los sectores subalternos de la sociedad rioplatense de los siglos XVIII y XIX (es el caso de la historiadora mendocina Beatriz Bragoni), sostienen que este grupo social se fue integrando a la sociedad argentina de múltiples formas. Hay mucho por investigar al respecto, pero algunos datos permiten inferir que se trató de una integración desigual y tendiente a hacer invisible su presencia social. Precisamente, una investigación actual sobre la presencia de afrodescendientes en Cuyo y Mendoza en el siglo XIX, desarrollada en el INCIHUSA, sostiene la hipótesis de que los afrodescendientes de Mendoza fueron progresivamente invisibilizados por la sociedad.
Los avances producidos sobre esta cuestión indican que hablar de invisibilización implica reconocer que durante el período colonial hubo una presencia efectiva de población negra y que luego se implementó una política estatal de fomento de la inmigración europea para “blanquear” y “civilizar” a la población local. Así, la política de “construcción de la nación argentina”, sobre todo en las últimas décadas del siglo XIX, apuntaba a forjar una sociedad cultural y racialmente homogénea: blanca y eurodescendiente.
En el presente, la invisibilización conlleva una negación constante de la presencia de afrodescendientes en nuestra sociedad y, en los casos que son reconocidos, una situación de segregación social. En este sentido, cuando en la vida cotidiana o en instituciones como la escuela aludimos a nuestra identidad, nacional y regional, es común olvidar la presencia de afrodescendientes en nuestra historia o que se los mencione como parte de un pasado lejano.
Sin embargo, hay un interrogante que pocos se han hecho y cuya respuesta puede resultar inquietante: ¿alguna persona de su hogar (padres, abuelos, bisabuelos) tiene antepasados de origen afrodescendiente o africano? En el censo nacional de población realizado en el año 2010, unos 4786 varones y mujeres de la provincia de Mendoza contestaron afirmativamente esta pregunta, que hacía más de 120 años que no se formulaba en los relevamientos censales. Sin embargo, por cuestiones técnicas y presupuestarias, no se hizo en todos los hogares. De modo que todavía hay muchas historias por contar, a fin de hacer visible nuestra diversidad social y cultural.
Por: Orlando Gabriel Morales – becario posdoctoral CONICET